Antes de que el niño pequeño empiece a hablar es capaz de actos de inteligencia propiamente dichos. Los actos de inteligencias de la primera fase dependen de la coordinación de los movimientos y las percepciones se realizan sin representación actual. La inteligencia sensorio - motora no es todavía lógica ya que le falta toda reflexión; sin embargo, constituye la preparación funcional para el pensamiento lógico.
El recién nacido no chupa sólo cuando mama, sino también en los intervalos, en cierto modo en el vacío. El ejercicio de los movimientos de succión lleva a su consolidación y a su adaptación al mundo exterior. La utilización de los mecanismos reflejos dispuestos para función es en cierto modo el primer signo de actividad psíquica.
Segundo estadio: Las reacciones circulares primarias
Los modos de conductas típicos, como la succión, la prensión, el mirar y dejar de mirar un objeto que pueden ser interpretados como actos psicológicos de asimilación.
Tercer estadio: Las reacciones circulares secundarias.
Entre el tercero y noveno mes se observan la transición progresiva de las habilidades y hábitos adquiridos casualmente a las acciones inteligentes realizadas intencionalmente.
Cuarto estadio: La coordinación de los esquemas de conducta adquiridos y su aplicación a situaciones nuevas
Después de pasado el noveno mes pueden observarse los primeros esquemas de conducta dirigidos intencionalmente a un fin determinado. Un nuevo objeto es investigado a veces sistemáticamente.
Quinto estadio: El descubrimiento de nuevos esquemas de conducta por experimentación
activa.
Hacia el final del primer año el niño encuentra a veces medios originales de adaptarse a las situaciones nuevas. Sabe servirse adecuadamente de medios auxiliares.
Sexto estadio: Transición del acto intelectual sensorio - motor a la representación.
Los esquemas de conducta que aparecen para su utilización en el sexto estadio son en sí los mismos de antes, sólo que ahora resultan coordinados mucho más perfecta y rápidamente. En la práctica el niño se esfuerza en representarse por la imitación interior las acciones realizadas antes exteriores.
La transición de la conducta sensomotora al pensamiento propiamente dicho está ligada la función de representación o simbolización, es decir, a la posibilidad de sustituir una acción o un objeto por un signo.
FASE 3: LA FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO LÓGICO - CONCRETO
Todas las operaciones lógicas de esta edad dependen, sin embargo, de su esfera concreta de aplicación.Durante los siete primeros años descubre el niño progresivamente los principios elementales de la invariación que e refieren al objeto, a la cantidad, al número, el espacio y al tiempo, los cuales prestan una estructura objetiva a su imagen del mundo.
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